Al
contrario de lo que su nombre parezca indicar, Vilanova de Arousa es lugar
con antigüedad, como lo demuestran restos paleolíticos encontrados
en la playa de As Sinas y los hallazgos de la Edad de Bronce localizados
en Tremoedo y Baión. Existen también restos de una cultura
castreña en Baión y de una ocupación romana como
el pequeño tesoro de 717 monedas encontradas en Tremoedo y el puente
romano de Ponte Arnelas.
El siglo VI de nuestra era es de una gran importancia para el antiguo
reino de Galicia, ya que supone la expansión del cristianismo en
estas tierras. Surge así un poder eclesiástico de gran influencia.
Las tierras, se van a organizar a partir de la administración eclesiástica.
La
fundación de Monasterio de Calogo en la actual Vilanova de Arousa,
atribuida a San Fructuoso en el siglo VII, como también la presencia
del castillo de Lobeira (al que le dedicamos un capítulo aparte),
son una prueba de la expansión del cristianismo y de la necesidad
de defender Compostela (con el descubrimiento del sepulcro de Santiago
en Iria, en el siglo IX, la sede arzobispal se traslada a esta ciudad,
que se va transformando en el más importante señorío
de Galicia) de las incursiones extranjeras, especialmente de los normandos,
y de resguardar unas tierras de importancia económica por la explotación
de productos marinos y de la producción de sal (de ahí Salnés).
Ya entrado el siglo XII, las posesiones de la mitra compostelana aumentan
y se encuentran entre ellas las iglesias de Baión, Santa María
de Caleiro con su caserío y parte de Deiro. El paso de los siglos
irá sembrando el territorio de Vilanova de Arousa con más
iglesias y capillas.
Con
estos antecedentes no es extraño que Vilanova sea tierra de torres
y pazos, entre los que nombraremos los sitos en Baión (Pazos de
Fontán y Cabido); y en la capital, Torre de Calogo, el Pazo del
Marqués de Bolaños, convertido en fábrica de salazón,
y el Pazo del Cuadrante, casa natal del escritor D. Ramón María
del Valle-Inclán y hoy convertido en Casa Museo. De la fortaleza
de Rúa Nova en András queda apenas un torreón y el
pazo construido más tarde en sus tierras donde vivirían
don Miguel Inclán y doña Rosa Malvido (antepasados de Valle-Inclán)
desde 1740. Sería de aquí de donde Ramón María
del Valle Peña tomaría para su actividad literaria el nombre
de Valle-Inclán, quien reflejaría en su prosa el palpitar
de la vida y el ensueño de los viejos pazos.
En
cuanto a la importancia de Vilanova como puerto pesquero, ya viene señalado
cómo en el siglo XVI abastecía de pescado a toda Castilla
y sus ostras escabechadas eran manjar deseado por las Cortes.El gran auge
de la pesca y de la industria de salazón que se desarrollaen el
siglo XVIII se debe a las nuevas técnicas empleadas por los catalanes,
que pronto implantarían fábricas en esta comarca. En la
actualidad, aunque el número de industrias ligadas al mar mermó,
la actividad marisquera y pesquera es muy importante y la actividad genera
parte importante de la riqueza de la villa.
En este municipio, tierra de leyendas e historia, vieron además
la luz por primera vez hombres de la talla del ya comentado Ramón
del Valle-Inclán, los hermanos Julio y Francisco Camba y el compositor
actual Francisco Rey Rivero que fue primer premio nacional de polifonía.
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